Texto recibido dentro del marco del Taller de Ciencia-Ficción Posmoderna. Versión 1.0, 2005 (Instituto Mexicano de la Juventud) 2

YO Y NUESTRA REALIDAD FICCIONADA O NUESTRA REALIDAD MEDIOCRE
Por Loth Isaac Corea Chavero

Yo, por ser mi mente la que se expresa, y muestra todo lo que a lo largo del tiempo ha captado a través de los sentidos.
Nuestra, porque todos vivimos en esta realidad que, más que realidad pareciera ficción, una realidad que hemos creado a partir de nuestra ignorancia, arrogancia y falta de conciencia y humanismo.
Mediocre, por no ser una realidad grata, ni positiva, sino todo lo contrario, es una realidad llena de racismo, guerra, muerte y destrucción, llena de personas que no piensan a futuro y absorben todo lo que está de paso.
Una realidad mundial llena de neoesclavismo de doce horas diarias, con salarios que apenas alcanzan para un plato de arroz y tortillas; llena de guerras, o mejor dicho, masacres que se hacen para obtener hidrocarburos; llena de armamentos que podrían destruir todo lo que se conoce y lo que existe.
Una realidad citadina llena de consumismo irracional e innecesario, llena de discriminación y corrupción, saturada de drogas, hambre, asesinatos y gente que se aprovecha de todo ello.
Lo que veo son avances tecnológicos que alcanzan a la imaginación, avances en las armas que le crean un nuevo nivel al terror, consumismo de productos cuyos costos de producción son mínimos por la explotación de personas y que, por pertenecer a una marca en especial pueden elevar su precio a las nubes; el fin de la infancia que perece ante un mundo en el que lo que importa es tener sexo, drogarse, y ver Rebelde todos los días sin perderse un sólo capítulo. Veo una perversión en los medios de comunicación en el que toman cualquier lema que tenga un carácter positivo y lo destruyen hasta crear un lema de sumisión y consumo. Lo que observo es narcomenudeo extendido hasta las personas más jóvenes y que es imposible exterminar, dado que está ligado a los sistemas de seguridad, si a eso se le puede llamar seguridad.
Lo que veo no es bueno ni malo, sólo es nuestro lindo camino a la destrucción; lo que percibo es que todos parecen estar contentos con el andar de este camino, y que nadie querrá ir hacia otro lado; lo que vivo me suena más a una película de ciencia-ficción, en la que todos están encantados de la vida siguiendo un libreto que encamina a un desenlace en el que nada termina vivo.
Lo que deseo es que llegaran seres de otra parte del universo, incorruptibles, perfectos, y que controlaran todo y que todo fuera paz y felicidad para todos, como en El fin de la infancia de Arthur C. Clarke.