Sunday, September 21, 2014

Records That Blew My Mind. Part 3


1989



Love and Rockets/Swing! de Love and Rockets


También este es el primer álbum entero que escuché de la banda. Insisto, con todo y los beneficios de los mixtapes, el primero es el primero. Lo conseguí tarde, por ahí del 2003, pues había estado descontinuado un tiempo. En compensación, me topé con una edición especial que, además de contener la inquietante "Dreamtime", unos remixes salvajes de "Motorcycle" y "No Big Deal", tentaba con el atractivo de un disco extra titulado Swing!

Podría seguirme de largo y escribir vehementemente sobre la sorpresa que me produjo este EP; sobre por qué es uno de esos objetos que siempre figurarán en mi equipaje hipotético para viajar a un planeta distante, pero sería injusta. Love and Rockets es una joya por derecho propio y, si no hubiera estado a la caza de este disco, el Swing! no estaría en mis manos.

Uno de los motivos por los cuales Love and Rockets o, quizá, debiera decir Daniel Ash, comenzaron a llamar mi atención es la facilidad con que decodifican las fórmulas de un determinado subgénero musical para regurgitarlas después. En el caso del álbum que me ocupa, si bien, en términos generales, se trata de un retorno a las raíces más psicodélicas y góticas de la banda tras el Earth, Sun, Moon, contiene cortes como "No Big Deal" y "Bound for Hell" en que las influencias del Country son evidentes, perfectas para el square dancing. "So Alive", el más grande éxito de la banda a nivel mundial, es una suerte de Mento (un ritmo jamaiquino malentendido como Calipso desde que Belafonte lo puso de moda) sobre el que se montan una estructura vocal aterciopelada y unos coros de ensueño cortesía de la persistente devoción de la banda hacia T. Rex. "Rock and Roll Babylon" cubre con todos los requisitos necesarios para hacerse pasar por un "Beatles' anthem", orquesta incluida, y cómo olvidar el delicioso cinismo jazzy de "No Words No More". Sin embargo, esta extraña colección de estilos no suena a otra cosa que a Love and Rockets. Las gradaciones musicales que producen pueden ser dulces, melódicas, amargas, divertidas, ambientales ("The Purest Blue" por ejemplo), violentas, pero se mantienen siempre coherentes, siempre consistentes consigo mismos.

Esto me parece extraordinario. Pocas son las bandas capaces de crear un sonido tan personal como para que la experimentación con sus influencias no lo ahogue, y todavía menos las bandas que logran presentar las estructuras prístinas de esas influencias, cual si se tratara del examen de una radiografía, valiéndose únicamente de sus propias reglas y manías de interpretación. En el caso del EP Swing!, el nombre lo dice todo. Se trata de un proyecto inconcluso en que Love and Rockets retoma este estilo (junto con algo de Rockabilly), lo filtra por el tamiz de la muy peculiar escucha de sus integrantes (recuérdese por favor la extraordinaria transformación que hacen sufrir a "Telegram Sam" cuando aún se encontraban en Bauhaus) y lo devuelve como un conjunto de cinco canciones que exponen todos los matices de sensualidad ocultos en él.

Una probadita:






No dejo de preguntarme cuál es el secreto. ¿Serán las líneas que Ash, con su guitarra y su saxofón inconfundibles, escribe para la mancuerna incestuosa entre los dos Haskins a manera de soundtrack? ¿Será una afortunada atrofia en la escucha que permite crear hermosos monstruos a partir de los fragmentos cadavéricos de la historia del Rock? Al final, no tiene relevancia si nunca lo descubro. Lo importante es ese sonido, brutal, único, alojado en mi cabeza.