Wednesday, November 26, 2014

Records That Blew My Mind. Part 4



1989 (¡qué año!)

Disintegration de The Cure

Mi primer álbum de The Cure. El primero, otra vez, después de varios mixtapes (en especial de uno extraordinario en el cual, un verdadero DJ, mezclaba los éxitos más bailables de la banda con rolas de Depeche Mode).

"Plainsong" es quizá una de la menos valoradas pero más hermosas love songs que ha escrito The Cure. La atmósfera que construye gracias a las notas sostenidas de los sintetizadores, el sonido de cristales, los ecos, establecen la vibra general del disco. Además, la letra presenta uno de los temas recurrentes del resto de las canciones, el éxtasis amoroso acompañado de una inminente sensación de transitoriedad; una aproximación a la "nostalgia del futuro" que he planteado antes como esa sensación de que nada puede perdurar. No importa qué tan bello u horrendo sea, todo desaparece.

A pesar de que Robert Smith relata su intención de quebrar con este disco la fácil popularidad de la que gozaba la banda y de los temores de Elektra respecto a si se estarían dirigiendo al suicidio comercial, tiene cuatro sencillos que ocuparon buenos lugares en las listas: "Pictures of You" (segunda rola del álbum), "Lovesong" (cuarta), "Lullaby" (sexta) y "Fascination Street" (séptima). No escribiré sobre ellas. Son las más conocidas, las más cantadas en los conciertos maratónicos que caracterizan a The Cure y, para ser franca, con el paso del tiempo y miles (en serio) de escuchas me han llegado a resultar cansinas.

Las que no dejan de hacer que se me erice la piel son, como adelantaba, "Plainsong" y el oscurísimo combo de "Prayers for Rain", "The Same Deep Water as You", "Disintegration" y "Homesick. Todas y cada una de ellas plagadas con ideas de ruptura: 

"And the wind is blowing like it's the end of the world"

"You shatter me your grip on me a hold on me so dull it kills"

"And laughing break the mirror sweet so we shall be together"

"Breaking apart like I'm made up of glass again"

"My eyes are bursting hearts in a blood-stained sky" 

Todas ellas pletóricas de la certeza del deterioro ya sea del amor, de la amistad, de la autoimagen o, incluso, del cuerpo con el paso de los años:

"'I think I'm old and I'm feeling the pain,' you said"

"And tired the hours all spent on killing time again all waiting for the rain"

"Kiss me goodbye pushing out before I sleep"

"It's easier for me to get closer to heaven than ever feel whole again"

"Oh just one more and I'll walk away all the everything you win turns to nothing today"


Qué decir de "Untitled", el pequeño monstruo al que se rehúsa concederle un nombre, y sus dos últimos versos

"I'll never lose this pain
Never dream of you again"


Imposible una despedida más amarga.

¿Cómo pasar la adolescencia con este álbum como compañía y salir entero de la experiencia? Para averiguarlo necesitaré otra vida. Sin embargo, sonrío, identificada con la belleza de las últimas líneas de "Planisong".

"Sometimes you make me feel like I'm living at the edge of the world, like I'm living at the edge of the world.
'It's just the way I smile,' you said"



Thursday, October 23, 2014

We'll ride from disguised suburban graves



¿Por qué Suede es tan especial?


Dos notas muy buenas, una rescatada de The Guardian y otra de The Quietus, antes de mi propia respuesta (y del ridículo de mi escritura frente a la de estos señores).





Friday, October 10, 2014

Time spent well is so rare


Roxy Music "Chance Meeting"

Roxy Music 1972


I never thought I'd seen you again
Where have you been until now'
Well how are you' how have you been'
It's a long time since we last met
It seems like yesterday when I
First saw you in your red dress smile
How could I forget that day
I know that time spent well is so rare








Sunday, September 21, 2014

Records That Blew My Mind. Part 3


1989



Love and Rockets/Swing! de Love and Rockets


También este es el primer álbum entero que escuché de la banda. Insisto, con todo y los beneficios de los mixtapes, el primero es el primero. Lo conseguí tarde, por ahí del 2003, pues había estado descontinuado un tiempo. En compensación, me topé con una edición especial que, además de contener la inquietante "Dreamtime", unos remixes salvajes de "Motorcycle" y "No Big Deal", tentaba con el atractivo de un disco extra titulado Swing!

Podría seguirme de largo y escribir vehementemente sobre la sorpresa que me produjo este EP; sobre por qué es uno de esos objetos que siempre figurarán en mi equipaje hipotético para viajar a un planeta distante, pero sería injusta. Love and Rockets es una joya por derecho propio y, si no hubiera estado a la caza de este disco, el Swing! no estaría en mis manos.

Uno de los motivos por los cuales Love and Rockets o, quizá, debiera decir Daniel Ash, comenzaron a llamar mi atención es la facilidad con que decodifican las fórmulas de un determinado subgénero musical para regurgitarlas después. En el caso del álbum que me ocupa, si bien, en términos generales, se trata de un retorno a las raíces más psicodélicas y góticas de la banda tras el Earth, Sun, Moon, contiene cortes como "No Big Deal" y "Bound for Hell" en que las influencias del Country son evidentes, perfectas para el square dancing. "So Alive", el más grande éxito de la banda a nivel mundial, es una suerte de Mento (un ritmo jamaiquino malentendido como Calipso desde que Belafonte lo puso de moda) sobre el que se montan una estructura vocal aterciopelada y unos coros de ensueño cortesía de la persistente devoción de la banda hacia T. Rex. "Rock and Roll Babylon" cubre con todos los requisitos necesarios para hacerse pasar por un "Beatles' anthem", orquesta incluida, y cómo olvidar el delicioso cinismo jazzy de "No Words No More". Sin embargo, esta extraña colección de estilos no suena a otra cosa que a Love and Rockets. Las gradaciones musicales que producen pueden ser dulces, melódicas, amargas, divertidas, ambientales ("The Purest Blue" por ejemplo), violentas, pero se mantienen siempre coherentes, siempre consistentes consigo mismos.

Esto me parece extraordinario. Pocas son las bandas capaces de crear un sonido tan personal como para que la experimentación con sus influencias no lo ahogue, y todavía menos las bandas que logran presentar las estructuras prístinas de esas influencias, cual si se tratara del examen de una radiografía, valiéndose únicamente de sus propias reglas y manías de interpretación. En el caso del EP Swing!, el nombre lo dice todo. Se trata de un proyecto inconcluso en que Love and Rockets retoma este estilo (junto con algo de Rockabilly), lo filtra por el tamiz de la muy peculiar escucha de sus integrantes (recuérdese por favor la extraordinaria transformación que hacen sufrir a "Telegram Sam" cuando aún se encontraban en Bauhaus) y lo devuelve como un conjunto de cinco canciones que exponen todos los matices de sensualidad ocultos en él.

Una probadita:






No dejo de preguntarme cuál es el secreto. ¿Serán las líneas que Ash, con su guitarra y su saxofón inconfundibles, escribe para la mancuerna incestuosa entre los dos Haskins a manera de soundtrack? ¿Será una afortunada atrofia en la escucha que permite crear hermosos monstruos a partir de los fragmentos cadavéricos de la historia del Rock? Al final, no tiene relevancia si nunca lo descubro. Lo importante es ese sonido, brutal, único, alojado en mi cabeza.


Tuesday, July 08, 2014

Records That Blew My Mind. Part 2


1989


Doolittle de Pixies:

Este es el primer álbum completo que escuché de Pixies. Antes, mi acceso a la banda fue a través de un mixtape que me regalaron y que, también, terminó por desintegrarse dentro del estéreo a causa de tantas repeticiones.

Al tratar de recordar aquellos días, la primera rola que me viene a la mente es "Is She Weird". No forma parte del Doolittle sino del Bossanova (1990), su disco posterior, pero la melodía sirvió como un hechizo que impediría por siempre que pudiera dejar de escucharlos. En la memoria, también, encuentro felizmente tatuada "Isla de Encanta", trabajo previo contenido en el EP Come On Pilgrim (1987). No logro precisar, sin embargo, qué canciones del Doolittle contenía el mixtape en cuestión; tengo la vaga noción de que se trataba de "Monkey Gone to Heaven", "Wave of Mutilation" y/o "Here Comes Your Man". Esto pareciera denunciar que este disco no me resulta tan importante como pretende el encabezado de la nota en que he decidido incluirlo. No es así. El primero es el primero.

La rola abridora, "Debaser", es una bomba que bien podría considerarse el mejor homenaje a Un Chien Andalou jamás hecho (referente que ayuda a comprender un poco la aparentemente desarticulada escritura de Black Francis), con unas guitarras tan intensas que levantan de inmediato a bailar; himno de todos los días de desajuste y de rebeldía. Luego, "Tame", salvaje hasta el punto que cualquier black metalero le envidiaría las vocales pero, justo en el punto final de tal violencia, sigue "Wave of Mutilation", un pequeño descanso surf, aunque no por ello menos virulento.

El combo "I Bleed", "Here Comes Your Man", "Dead", "Monkey Gone to Heaven", "Mr. Grieves" y "Crackity Jones" expande la dinámica sonora establecida en el minuto con cincuenta y cinco segundos que dura "Tame". La técnica musical distintiva de Pixies (loud-quiet-loud y todas sus combinatorias), misma que estructuraría el Nevermind de Nirvana (1991), no soporta la contención del formato "canción" y sale de éste para dictarle un paso de montaña rusa al álbum.

"La La Love You" es otro pequeño descanso, no sólo por poseer un tempo más amable, sino por lo divertido que resulta escuchar una subversión cómica, sin pretensiones, del formato de la canción de amor. La dulzura del estribillo entregado por la desafinada voz de David Lovering hace corto circuito con los silbidos, los eufemismos sexuales susurrados por Kim Deal y, supongo, Francis. Al llegar al "home run" no queda más que reír y reconocer que, a veces, ese tipo de honestidad puede resultar bastante seductor.

"No. 13 Baby" y "There Goes My Gun" son un regreso a la locura. Sus estribillos, pequeñas frases que podrían gritarse hasta que la garganta quedara desgarrada si la duración de las rolas fuera mayor, me parecen de los más económicos y pegajosos producidos por Francis. Luego, la joya de la corona. La asombrosa "Hey" que, con una de las letras más ambiguas y la característica capacidad de evocar imágenes de su autor, apunta a la frecuente e infantil escisión cultural entre dos tipos de representación de lo femenino como una de las causales que dificultan construir una relación de pareja sin componentes tóxicos; a la tragedia de la repetición inconsciente y, a la desafortunadamente compartida (humana) experiencia de los amores mal avenidos. Sin embargo, cualquier cosa que pueda escribir respecto a esta canción no agota la sensación de que contiene algo más de lo que es posible analizar, escuchar o cantar. Hay algo inasible en ella; algo que sugiere profundidad, sentido y que, al mismo, tiempo resulta cálido, como la dicha de haber sido comprendido por otro.

"Silver" y "Gouge Away" cierran el disco. La primera, un fantasmal score para Western que me provoca escalofríos cada vez que Deal la puntúa con el slide de la guitarra. La segunda, otra muestra de la obsesión de Francis con los temas bíblicos y su gusto por extraer de ellos los contenidos más profanos y violentos. Ambas excelentes aunque, para mi gusto, despojadas de lustre al haber sido colocadas tras "Hey", como si a esta rola no pudiera seguirle más que el silencio de aquel que todo ha dicho.

Thursday, April 17, 2014

Now you're taking it time after time



(No puedo esperar para publicar esto tras el balconeo anterior, así que ahí va otro viaje en el tiempo)

Para no variar, esta historia no es sólo sobre música. Es una historia sobre un amor perdido y, venturosamente, reencontrado.

La primera vez que escuché a Suede fue a través de la edición de 1993 de una infame compilación llamada Now: That's What I Call Music. Una amiga de la secundaria la había recibido como souvenir de alguno de los viajes de su hermana mayor, y tuvo la gentileza de prestármela. Su intención, supongo, era reformarme o, al menos, que se me pegaran las rolas que ella adoraba bailar siendo mi total opuesto: sociable, divertida, segura de sí (Esto es para ti, Zaide, donde quiera que estés).

Las cosas resultaron un tanto distintas. La compilación en cuestión estaba compuesta por dos discos y, en vez de ser un batidillo de géneros, ostentaba un intento de curaduría. El disco número uno estaba lleno de los éxitos que movieron las pistas de baile, desde "Living on My Own" de Freddy Mercury hasta las olvidadas (espero) "All That She Wants", "Informer", "Sweat" y un aburrido etcétera. El segundo disco, en cambio, cedía un espacio al "alternativo" en pleno boom aquel año. Por supuesto, se trataba de lo más digerible, como K. D. Lang con "Constant Craving", Ugly Kid Joe con "Cats in the Cradle", o 4 Non Blondes con "What's Up" y, en medio de todo aquel chicle bomba, una extraña excepción: "Animal Nitrate" de Suede.

No puedo negar que algunas de las rolas de ese "disco dos" me gustaban o que un par de ellas aún me agradan, pero una vez que hube topado con "Animal Nitrate" la espera de siete canciones para llegar a ella, ya que mi amiga tenía de vuelta los CDs y yo me quedaba con mi copia en cassette (No, los quemadores de discos aún no existían), era absolutamente insoportable.


"Animal Nitrate" se convirtió en mi fix. Quizá la metáfora no sea la más honesta en el entendido de que, aparte de la música, mis adicciones se limitan al café y al cigarro. Sin embargo, es la más atinada. Me enganché con la violencia de las guitarras; con aquella voz que no me permitía precisar si provenía de un hombre o de una mujer: poderosa y, a la vez, dulce, hipnotizante.


Al terminar la canción me veía obligada a rebobinar la cinta para escucharla de nuevo, una y otra y otra vez, hasta que el cassette acababa por fastidiarse. Recuerdo que en tres ocasiones más tuve que pedir a mi amiga me prestara los discos. La segunda de ellas, además de grabar entero el CD dos, aproveché para colocar "Animal Nitrate" al inicio del mixtape que me hacía sentir más orgullosa.


La mayor gentileza de mi amiga, aunque ella ignoraba esto, era que, cada vez que me dejaba en custodia la compilación, me regalaba uno o dos días para escuchar LA ROLA on a loop. No recuerdo otra experiencia similar. No creo haber escuchado otra canción con el mismo grado de devoción. Ni siquiera "Ballrooms of Mars", y escribir eso...


Trágicamente, en aquella época no pude conseguir más material de Suede. En México apenas comenzaban a llegar de manera consistente álbumes importados. Las disqueras aún no consideraban un negocio hacer versiones regionales. Internet no era una presencia prevasiva. La radio ofrecía escasas opciones musicales (aunque un poco más tarde WFM se consolidó para dar entrada a buena parte de la música que me acompañaría durante la adolescencia). La televisión por cable era muy costosa y, como si no fuera suficiente, el ser por cercanía mercado dependiente de los gustos norteamericanos provocaba que nadie ubicara de quién diablos hablaba cuando preguntaba por algo de ellos en las tiendas (The London Suede, los forzaron a nombrarse para poder entrar a Estados Unidos). Incluso cuando el "Britpop" se popularizó en México las cosas no mejoraron. Todo lo que se escuchaba era Oasis o Blur, y a los primeros los odiaba; a los segundos los toleraba con dificultad.


Pasó el tiempo; todas mis cintas con "Animal Nitrate" se rompieron. Crecí; me convertí en una cazadora de música. Las maravillas que iba descubriendo me sedujeron y, en el proceso, olvidé a Suede.


Al menos, eso parecía.


Catorce años después, durante el último capítulo de la serie Seven Ages of Rock, distinguí los acordes iniciales de "Animal Nitrate". De inmediato, salté del sillón hacia el centro de la sala y comencé a gritar, a temblar, a bailar, a llorar, ante la mirada aterrorizada del ya-no-más-significant-other. Le rogué que anotara el nombre de la banda para poder continuar viendo los fragmentos de sus presentaciones y nunca, nunca más olvidarlos.


A los dos días, ya tenía todos sus álbumes y sus lados B. Pasé meses escuchándolos de manera todavía más obsesiva. A veces, llorando desesperadamente porque quería tener trece años otra vez, y pasar mi adolescencia entera soñando con su música. Sentía que haber crecido sin ellos era un despojo. Que algo precioso me había sido robado.


En 2010 Suede se reunió.


Al leer la noticia, lo único que deseaba era tirarme desde un puente, pues aseguraron que sólo ofrecerían un par de conciertos. Afortunadamente, existe una cierta justicia (torpe, lenta) en el universo, y no fue así. Volé a Londres para alcanzarlos en la O2 Arena. Luego, vinieron a México, como si los milagros en verdad existieran.


No logro recuperarme del rush de felicidad absoluta que sentí al cantar junto con ellos en esos conciertos. Creo que jamás lo haré. No quiero.


Cierro esta nota con la liga al video de "Animal Nitrate". Advierto: es ponzoñoso.






Wednesday, March 19, 2014

Give me head, give me head music instead


Cosas que nos pasan a los melómanos.

2003

Durante un berrinche que, eventualmente, llevaría esa relación a su fin, el significant other de la época dice: "Ahora que vivas en Londres debieras indagar si para los ingleses David Bowie es en verdad grande. Quizá para ellos sólo sea el equivalente a Cristian Castro."

2012

Durante el proceso de repartición de bienes comunes, el ya-no-más-significant-other dice: "Para serte honesto, nunca entendí por qué consideras a Suede tan especial."




Seriously?

Sunday, March 02, 2014

Loaded the guns then you run off home for your tea


All of a sudden I am madly in love again!

Versión de estudio con letra:





Rockeando chido en Something Else:







Hello, hurray!