Friday, October 28, 2005

Blade Runner for Kids

Ricky era un niño muy listo al que le gustaban sus juguetes. Tenía patrullas y pistolas con foquitos multicolores. También tenía un juego en la computadora de preguntas y respuestas de la escuela; sentaba a sus muñecos en una silla, les hacía preguntas y se imaginaba que eran personas que podían contestar.
El papá de Ricky era un señor muy inteligente que trabajaba en una fábrica de robots. Un día papá dejó una caja olvidada en casa y se fue a trabajar. Ricky se llevó la caja a su cuarto y la abrió. Adentro de la caja había tres robots que parecían de juguete. Ricky los encendió y los robots comenzaron a caminar por su cuarto. Los robots bailaban, hacían acrobacias y ruidos de animales. Los robots parecían muy divertidos pero hacían mucho ruido y entonces mamá entró al cuarto para ver que pasaba. Cuando mamá vio que Ricky había abierto la caja le dijo que no eran juguetes sino cosas del trabajo de papá. Mamá le dijo a Ricky que tenía que apagar a los robots porque las pilas se podían acabar y también que tenía que guardarlos.
Ricky le pidió permiso a mamá de jugar con los robots un poco más y prometió que después los apagaría. Mamá le dio permiso pero sólo un rato y entonces Ricky sentó a los robots frente a la computadora de las preguntas y respuestas. Los robots jugaron y a Ricky le gustó mucho, porque los robots contestaban las preguntas casi igual que él. Así jugaron un rato hasta que mamá le recordó a Ricky que tenía que cumplir su promesa. Ricky les dijo a los robots que los iba a apagar y entonces los robots le propusieron que jugaran a las escondidas. Ricky dijo que sí, contó hasta diez y los empezó a buscar. Encontró a dos de ellos entre los demás juguetes, los apagó y los guardó en la caja. Después buscó al tercer robot y lo encontró escondido debajo de las sábanas. Cuando lo iba a apagar el robot dijo: -¡No me mates por favor!- Ricky se asustó al principio, pero después de pensarlo bien le dijo al robot que no lo iba a matar, que sólo lo apagaría. El robot le dijo: -¡Imagínate que alguien te apagara! ¡Seguro no te gustaría!– Ricky lo pensó un momento y le dijo al robot: -Está bien, no te voy a apagar. Podemos ser amigos. Ojalá que tus pilas duren mucho.– Y el robot contestó: -¡Ojalá!
Mientras jugaban a saltar en la cama Ricky se dio cuenta que su corazón latía muy fuerte por los brincos y entonces tomó la mano del robot y la puso sobre su pecho. Ricky le dijo al robot: -¿Lo sientes? Creo que yo tambien tengo pilas adentro.

Copyright Cygnus X-1 2005